Wednesday, October 9, 2013

Quiero comenzar por el final... tiendo a hacerlo mejor, tiendo a conocerlo mejor, es así como he venido concluyendo lo que empiezo, conociendo siempre el final antes de comenzar... Aquí me siento imposibilitada, me siento desplazada y abrumada, pues por primera vez, no sé si última, lo desconozco.
 
La vida es un sendero inoportuno e inapropiado al que dibujamos o preferimos para nuestras vidas, un sendero que alimenta nuestra existencia, y se va formando sin preguntar colores, olores ni sabores.  Es extraña esta sensación, la que aparece al vivir o pasar por algo que nunca consideraste visualizar en tu entorno.
 
Ciertas ocasiones te encuentras frente a este panorama que rechazas totalmente el panorama de lo imprudente, irrelevante, el NO constante, pero que sucede cuando llega a tu vida un lindo golpe en la cabeza, seguido de una situación temporalmente imaginaría que llega a cambiar tu mundo.
 
Cuando llegas al punto de no saber que hacer, que desistes ante lo planeado, simplemente no puedes llegar al final, sientes que confías, que sucederá lo que quieres que suceda, que pretendes estar en un mundo totalmente distinto con la persona, que sientes algo tan grande que no puedes dejar, pero a la vez te sientes culpable, sumamente culpable.
 
Esta este pequeño detalle de los besos en la boca, la boca que dibujas, las caricias, el tocar de sus manos, los besos en la boca, la mirada que asomas, los besos en la boca, el sentir de sus largos besos, las caricias, la sonrisa constante, el tocar de sus manos, el vibrar cuerpo a cuerpo, la boca que dibujas, el punto de imaginarte a su lado, de pensarlo, de planearlo, de olvidar los planes, de estar con él, sólo con él.
 
Y entonces tu no tienes la respuesta, te llenas de dudas sí, pero ninguna respuesta se asoma a tu pensamiento, desistes, empiezas, luchas y condenas, no hay nada que sea lo correcto pero tampoco lo incorrecto, es como un fantasma que quizá lo sea, pero el ánima más penetrante en tu vida...