Un alma libre e inaceptable
La dama era bonita, vestía un atuendo que la hacía lucir
atractiva a la vista del macho, su mirada era coqueta y conquistaba con un solo guiño,
nariz típica mexicana y piel tostada para no perder el toque del alma libre.
Cómo iba a ser que una hembra llena de vida y brillo de emoción y aventura
fuera a distraer las ternuras de la vida de exceso por un hombre.
La vida es la mano tratando de agarrar el agua, así se va,
al momento de intentar tenerla se va en un instante. El momento sensorial al intentar entender
todo lo que nos rodea, y cambiar no es más que adaptarnos a lo que la sociedad
desea.
Inexplicablemente, ella intenta seguir los pasos de su
compañero para seguir ahí, dejando de lado lo que fue para convertirse en lo
que él quiere que sea. Pero, ninguno se da cuenta que el amor termina dónde uno
de los dos impone al otro a ser lo que no nunca fue, porque ahí termina la
magia de la atracción que existe al conocerse.
El aullido del temor al sobreponer los celos y el dominio implican el
cambio que con el tiempo separan el interés por ser quién no deseas ser.
Como iba a ser que esa alma libre llegase a colmarse de
dominio por un amor que terminará dónde él mismo lo determinó.
Todo para al final darse cuenta que de nada sirvió, que en nada ayudo, al final él se fue, pues no era feliz al saber que convirtió al amor de su vida en lo que quiso y deseó.