Este fin de semana opté por enfrascarme a una aventura, me fui a la playa con algunos amigos, así de la nada, con poco dinero y pocos días, decidí huir. Y es que aunque era el destino en el que estuvimos juntos alguna vez, yo necesitaba salir de aquí, necesitaba estar en un lugar dónde la gente estuviera feliz, y sin amarguras. Este viaje me recordó algunos en mi pasado en los que de igual manera me iba para dejar de pensar en mis amores antiguos, no servían de mucho, en algunos minutos los recordaba, pero marcaban una pauta, un final.
Ahí, estando en la playa junto a miles de personas más, sobre la arena cálida y un viento soplando la brisa y olores de playa, recordé nuestra ocasión en el mismo lugar, tú sentado alrededor de mí, rodeándome todo el tiempo y como lo dijiste alguna vez, sintiéndome tuya a cada momento, besando mis mejillas y mis hombros, mientras yo observaba ese atardecer tan espectacular, mientras filosofaba un poco y no podía explicarte mi sentimiento al mirar esa textura sobre el mar, esa imagen sin filtros tan espectacular y escuchar en ti, "¿Te encanta verdad?" y era así, como soy tan sensible a esos misterios de la naturaleza tan divinos.
Entonces, tu me fotografiabas a cada instante, cuándo caminaba al mar, cuando me sumergí en el, cuando jugué con él, cuando rodé por la arena, y te abrazaba, entregándotelo todo, yo te abrazaba, te besaba y miraba como si en ese instante yo pudiera morir a tu lado sin hacerme falta nada, y es que yo había conocido el amor para esos momentos.
Después riendo ambos por el cosquilleo que producía el alcohol en nosotros, ya nada iba a ser igual, eran tan perfecto, y me cuesta entender que todo terminó, que cada quién vivirá eso por su parte, que ya nada regresa, que eramos tan "uno para el otro" aunque suene cliché y ambos lo arruinamos, yo no supe retenerte, caminé hacia otro rumbo sin pensarlo por orgullo y tú tan libre como siempre hiciste algo que sentías en el momento sin pensar en mí, ni en consecuencias, arrepintiéndote hasta el cansancio, pero no, yo ya no podía aceptarte de vuelta, soy muy orgullosa y creo tanto en las historias de amor, como para aceptar una así en mi vida.
Ya no puedo pensar en un presente contigo, sólo me queda el pasado, y un misterioso futuro. Opino que me aferro a los recuerdos para vivir a tu lado en ocasiones, y pienso en como desearía volver a esos momentos, estar ahí, respirar ese aire, sentir esas manos, esos labios, ese amor que yo recibía tan improbable tenías por mi, sin ningún miedo, me sentía tan tuya y protegida por tí, nada podía estar mal, todo estaba conjugado a ser perfecto.
Pero como lo comento, el presente no lo tengo para olvidar, porque no es eso lo que quiero, ni siquiera podría, el presente existe para perdonar y seguir adelante, y no mentiré, a cada correo que recibo busco tu nombre en el remitente, en cada timbre en mi hogar busco tu cara por el "interpone", cada llamada busco tu voz tras el teléfono, o tu nombre en la pantalla, voy por la calle buscado tu auto, y sin lugar a dudas busco tu rostro entre la gente a mi camino. Porque estamos en el mismo mundo respirando el mismo aire, a unos cuantos minutos el uno del otro, que irónico ¿No es así? yo sé que me amas, y sé que te amo, con el mismo horario, en la misma tierra, con la misma gente, ¿cuántas veces tal vez hemos estado a metros de distancia? ¿que probabilidad hay de encontrarnos?, nula.
Porque algún día ya fue así, cuándo te conocí, ambos perdidos en el lugar que no queríamos estar, que probabilidad entre más de 20 mil personas fuéramos a coincidir, pero el amor es así, tan inoportuno y egoísta sin pensar en que me ibas a lastimar te puso en mi camino, para darnos una probadita de gloria e infierno.
Ahora, sólo escucho tu voz en mi mente, veo tu rostro en mis sueños, huelo tu piel en mis memorias y te veo con ella en mis pesadillas, creo en este amor que fue hecho con las manos de Dios, no con la publicidad ni sueños guajiros de la mercadotecnia, sé que existe, pero porque se fue, entonces, tu egoísmo y la maldita costumbre fue más fuerte.
Y me dijo, "Nunca te vas a olvidar de mi, siempre recordaras que saliendo conmigo te robaron una lap", y fue meses adelante que me di cuenta que eso había sido una completa blasfemia, porque para olvidarme de un amor de ese revuelco, con su introducción, nudo y desenlace, me faltarían vidas, lo único que en verdad olvidé fue ese momento de la lap...
Pequeño extracto, "mi muerte chiquita" Isabel Román
Es increíble como algunas vivencias se convierten en detalladas fotografías en nuestra mente. Sin embargo, a veces, es necesario quemar esas fotos y quedarnos únicamente con el recuerdo, con algo que no resulte tan pesado y que no nos impida seguir caminando hacia adelante.
ReplyDeleteUn abrazo.