Si de leer, escribir, tocarte , escuchar canciones de antaño y beber vino hasta dormir, y repetirlo día a día se tratará, esta sería mi utopía perfecta, justamente en ese orden.  El orden exacto para relacionar frases de algún otro loco bohemio que comparte sus fantasías, locuras, la forma en la que ve un mundo de pronto obscuro y melancólico y otras veces predilecto y asimétrico. Un individuo abierto y experimentado, pero a la vez tradicional, romántico y excéntrico. 

 "Escribir", porque suficiente es tragar el día a día como para guardarlo, si aun las palabras no me alcanzan como para vomitar letra tras letra de veneno tóxico así como éste idiota escrito, sin fin ni fundamentos. 

"Tocarte", esa palabra ni siquiera debo explicarla, pues sentir tu piel cálida y humana, de ese significado que no es bonito, ni tierno, ni suave ni terso, simplemente es tuya dícese tosca o tal vez un poco arañada, y quizá no la mejor piel de todas, pero es la que te cubre, no por ser uniforme, ni de un trigueño tono ni igual en su totalidad, pero por ser tuya me emociona acariciarla con mis dedos, con mi boca, con mi piel sobre tu piel, y sentir lo que hay dentro que es un mundo completamente distinto para mí.  Porque tu quieres que lo sea, porque tu compartes tu mundo siento sólo tuyo conmigo, y de igual manera yo pongo a disposición mis sentidos para conocerlo.

Por ser espectacular ya el hecho de sentir tus movimientos, observarlos y hasta imitarlos, escuchar tu corazón, conocer tu interior, tus cualidades, tus defectos, tu momentos de gloria y quizá hasta los  incómodos de frustración , casi locura y fracaso.  Estar ahí para ti, contemplar y analizar lo que quieres compartir conmigo y lo que no, que aunque tu quieras pensar que no haces, lo suples de manera que inconscientemente lo note, sin notarse para que yo lo tome en cuenta sin que tu a sabiendas que lo haces intentes no hacerlo.

Y entonces tú, con quién consuelo mi tercer paso de utopía perfecta, te conviertes en la explicación más entera y pura que sin mis otros pasos no sería mi entera turbulencia emocional.  Escuchar canciones de antaño, de esas en que sus autores sentían lo que hacían,  por el gusto de compartirlo o simplemente por inspiración y descubrir que es lo que mejor hacen y no por la fama o esplendor que ser escuchados signifique. De esas canciones que con escuchar pueden hacerte estallar en lágrimas, sonreír, o hasta morir.

Y beber sólo significa el cierre de estos cuatro ricos momentos que en la vida me han dado más vida que mi vida entera.  Y sobrevivir así día tras día hasta que tú te largues cansado de sentir mis caricias, mis palabras y mis mentiras.  Porque más que formar parte de mi tiempo estas para postergar mi muerte lenta, que comenzó cuando tu llegaste.